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Lo necesario para montar una residencia canina

Nuestras mascotas necesitan su esparcimiento. Aunque para el mejor amigo del hombre lo más es estar con amigo humano, en según qué ocasiones, les viene muy bien alejarse de la rutina y tener sus propias vacaciones de los humanos que, a veces somos en extremo pesados con ellos, en el buen sentido, por supuesto.

Con la finalidad de facilitar las ausencias de los dueños y que estos no tuvieran que preocuparse de los cuidados de su fiel amino, nacieron las residencias caninas. Lugares en los que podías y puedes dejar a tu perrete en buenas manos. El concepto ha evolucionado hasta el punto de que las residencias caninas actuales son auténticos hoteles perrunos con todas las comodidades. Por otro lado, disponemos de guarderías caninas en las que se puede dejar al perrete por unas horas.

En este post, queremos hablar sobre lo que se necesita para montar una residencia canina, los requisitos, las instalaciones, el personal, etc. Se trata de un servicio necesario, un negocio que, bien montado y gestionado, resulta plenamente satisfactorio y una forma de estar en contacto con la naturaleza y nuestros queridos amigos: los perros.

Para muchos, el concepto de residencia pasa por dejar a su perro en una jaula o chenil que piensan no es adecuado. Sin embargo, gracias a empresas como Valla Heracles, expertos en todo tipo de cerramientos, es posible disponer de vallados y cerramientos especiales para nuestros peludos, sea en residencias o viviendas particulares. Los cerramientos son indispensables y a los perretes, les ofrece seguridad. Los espacios que se pueden crear son amplios y no limitados, algo fundamental para que los perretes, puedan sentirse libres dentro de un espacio cerrado.

Como decimos, el concepto de residencia canina ha evolucionado, los entornos que se crean permiten que los perros se sientan cómodos y disfruten al máximo y, por supuesto lo gestionan personas amantes de los animales que hacen lo imposible por proporcionarles los mejores cuidados, en ausencia de sus dueños.

Algo más que un negocio

Aventurarse en este tipo de empresas implica algo más que la cuestión económica, la parte personal y la satisfacción que produce este tipo de trabajos es incomparable con otro tipo de negocios. Aun así, se trata de uno por lo que como sucede con el resto de emprendimientos, es necesario seguir algunos pasos como elegir la estructura social, definir la actividad económica, realizar los trámites correspondientes con la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y el Registro Mercantil y, por supuesto, solicitar las licencias correspondientes, entre otras. Además, las residencias caninas, cuentan con ciertas particularidades que van más allá de lo burocrático, pues se consideran núcleos zoológicos.

Los núcleos zoológicos engloban todos aquellos establecimientos en los que se trabaja con animales: desde la recogida hasta la venta, pasando por el adiestramiento y la acogida. En el momento en que se trabaja o convive con animales, es necesario disponer de un núcleo zoológico. En referencia a esto, cabe señalar que cada comunidad autónoma puede disponer su propia normativa en relación a protección animal y núcleo zoológico. A razón del lugar en el que se pretenda montar la residencia o guardería canina, los requisitos pueden variar.

Como referencia, se puede consultar el Decreto 1119/1975 de veinticuatro de abril sobre lo concerniente a núcleos zoológicos y similares. Conforme a este documento, antes de proceder a la instalación y puesta en marcha, hay que obtener la autorización zoosanitaria y el registro correspondiente. Estos se conceden si las instalaciones cumplen los requisitos pertinentes que suelen referirse a la ubicación, la higiene, el estado sanitario y las garantías de seguridad.

A parte de todos los asuntos burocráticos, permisos, núcleos zoológicos, inspecciones, etc. obligado por ley, para que una residencia canina pueda abrir sus puertas, es necesario contar con otra serie de aspectos que serán los que hagan posible su funcionamiento. Sobre ellos, hablaremos más adelante.

Si la idea de montar una residencia canina, ronda tu cabeza, lo primero, un plan de negocio. En el mismo deben detallarse las intenciones del negocio, en que consiste y todo lo necesario para ponerlo en marcha. En el documento hay que incluir una descripción del negocio y los servicios que presta. Así mismo la ubicación del mismo que, en el caso de las residencias es más que crucial. A nivel instalaciones, detallar todo lo necesario para que funcione: espacio, parcelas, jaulas, cheniles… todo esto, formará parte del presupuesto de inversión inicial.

El personal necesario para realizar todas las funciones necesarias, pues en una residencia es esencial contar con el personal adecuado: gerentes, cuidadores, veterinario, conductor, vigilante…

Así mismo, el plan de negocio debe recoger la estructura de la residencia. Todo lo relativo al inmueble o parcela debe incluirse al detalle pues no pueden faltar casetas individuales, zona de recreo, zona de cuarentena, oficinas y espacios para ofrecer servicios adicionales, almacén, etc. Todas las zonas deben disponer de cerramientos seguros para que los animales no se escapen o se hagan daño.

Por último un desglose de los gastos de inversión en el que se detallará con cifras todos los costes que suponen lo citado en párrafos anteriores. Sin olvidar los de gestión y tramitación de permisos y licencias, alquileres, suministros, personal… Añadiendo un total de gastos mensuales y un fondo de maniobra que permita el funcionamiento sin ingresos hasta que estos lleguen.

Todo este trabajo te proporciona una idea clara de cómo va a ser el negocio y todo lo que implica montar una guardería canina, además de ser la carta de presentación ante la posibilidad de necesitar financiación. En cualquier caso, se trata de una guía para levantar el negocio.

Otras recomendaciones para montar una guardería

Una guardería canina requiere de una gran implicación en el trabajo. El trato directo con los animales y con sus dueños, hace necesario tener la predisposición necesaria para lidiar con las exigencias de estos últimos. Cumplir con sus expectativas y hacer que se sientan cómodos y tranquilos a la hora de dejar a su peludo, es esencial.

En el día a día de una guardería hay que realizar tareas de cuidado y mantenimiento de las mascotas, obviamente, pero también de las instalaciones. Todo debe estar siempre en las más óptimas condiciones de limpieza e higiene para que perros y dueños, estén tranquilos.

A la hora de acoger a los perretes, es de gran importancia que los dueños completen un cuestionario sobre su mascota antes de dejarla en ella. Estos cuestionarios deben contener preguntas sobre la dieta del animal, enfermedades o alergias, costumbres o necesidades especiales, comportamiento con otros perros, etc.

Esta información sirve para garantizar unos cuidados adecuados y personalizados para cada mascota, en función de sus necesidades y evitando posibles problemas.

Cuidar la alimentación de los perretes que van a pasar un tiempo en la residencia, es algo esencial. Todos los animales deben ser alimentados con la comida de mejor calidad, salvo dietas especiales que deben ser tenidas en cuenta. Comprar pienso de la mejor calidad, a ser posible con poco cereal y mucha proteína es una de las mejores maneras de mantener una buena alimentación. Una buena nutrición es base de una buena salud. Así mismo, existe la posibilidad de crear dietas aptas para perros en base a alimentos naturales y sin procesar. No hay que olvidar que los perros tienen unas necesidades nutricionales muy concretas.

Es más que recomendable disponer de los seguros necesarios. Tanto para proteger a los animales residentes como el negocio. Los imprevistos siempre están al acecho, por lo que es fundamental contar con el seguro de responsabilidad civil y aplicarlo a todos los perros que se encuentren en la residencia. Un seguro para daños, enfermedades o pérdidas, puede ser igualmente interesante.

Si atendemos a la normativa, en esta se exige que el espacio para cada recinto individual, debe ser el apropiado para garantizar la comodidad de cada perro durante su estancia. Este dato es muy subjetivo pues no determina una medida exacta y, por sentido común, un perro de raza pequeña, no necesita tanto espacio como un gran danés, por citar un ejemplo. En conclusión, cuanto más, mejor. A más espacio, mayor comodidad para el can. Sin contar con el espacio necesario para el esparcimiento de las mascotas en su tiempo de recreo. Igualmente, cuanto más espacio posea la propiedad y se destine a cheniles y zonas de recreo, mejor. Así pueden correr, jugar, saltar y desfogar.

Poner al día a los dueños es parte del trabajo de una residencia canina. Cuanta más información se les proporcione durante el tiempo que van a estar separados de sus mascotas, mayor tranquilidad para ellos, además de que lo agradecerán. Atender sus llamadas o contactar con ellos con esta finalidad es un plus añadido que los clientes tendrán en cuenta.

En resumen, montar una residencia canina requiere dedicación, personal cualificado y unas instalaciones adecuadas para poder acoger a los perretes. Todo esto dentro de un marco de legalidad y cumpliendo con toda la normativa vigente, para que los servicios ofrecidos sean de la máxima calidad. Sin olvidar que es un negocio en el que caben muchas opciones y la posibilidad de ofrecer servicios como peluquería, paseos, recogida y entrega a domicilio, entre otros.

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