En el campo de la agricultura existen muchas vertientes, y una de ellas es la horticultura. Ésta, es muy importante para nosotros, ya que implica tratar y cultivar las plantas desde el inicio para luego consumirlas para nuestros propios fines.
Digamos que, la horticultura puede ayudarnos a disfrutar del sabor y las propiedades de una infusión que hemos preparado a partir de nuestra propia cosecha, y por otro lado, también nos permite disfrutar del amor y el cariño que conlleva criar una planta para que decore nuestro salón.
Sea como sea, es una ciencia importante, y si te gusta la naturaleza esta ciencia es para ti. Si quieres saber más acerca de ello, quédate a conocer en qué consiste y cómo puedes aprender desde cero a continuación.
¡Empezamos!
¿En qué consiste la horticultura?
Como hemos mencionado, la horticultura es la ciencia y el arte de cultivar plantas con fines ornamentales, alimenticios, medicinales o comerciales. A diferencia de la agricultura, la cual se centra principalmente en el cultivo de cultivos a gran escala, la horticultura se enfoca en el cultivo intensivo de una amplia variedad de plantas en espacios más pequeños, como jardines, invernaderos o macetas.
Asimismo, las técnicas que se emplean en la horticultura son diferentes y están diseñadas para optimizar el crecimiento, la salud y la productividad de las plantas.
Algunas de las técnicas que se emplean en la horticultura son las siguientes:
- Preparación de suelo, labranza, compostaje, corrección de pH.
- Siembra y trasplante.
- Riego.
- Fertilización.
- Control de plagas.
- Poda.
Además de diferenciarse de la agricultura en las técnicas que utiliza, también se diferencia de ella en su uso, como mencionamos anteriormente; y es que la horticultura puede ser especialmente útil para realizar incluso labores de diseño y de arquitectura ¿lo sabías? Te lo explicamos a continuación.
¿Qué relación guarda con la arquitectura paisajística?
La horticultura y la arquitectura paisajística o de paisajes están estrechamente relacionadas, ya que ambas comparten el objetivo de diseñar y crear espacios exteriores atractivos, funcionales y armoniosos.
Dicho de otro modo: mientras que la horticultura comprende las herramientas y los conocimientos necesarios para seleccionar, cultivar y mantener las plantas, éstas, a su vez, acaban siendo el motivo de creación de un diseño de arquitectura paisajístico.
Esto ocurre porque este tipo de arquitectura se especializa en planificar y organizar estos elementos naturales junto con otros elementos, como caminos, estructuras, ríos, fuentes y muebles para crear así un paisaje funcional y hermoso como puede ser el Palacio de Versalles, en Francia.
Por lo tanto, la relación entre la horticultura y la arquitectura paisajística es paralela, ya que ambas se complementan entre sí para crear paisajes que sean estéticamente agradables, que a su vez mejoren la calidad de vida de las personas que los habitan o visitan.
Manual de iniciación para principiantes.
Para acabar, vamos a darte unas pautas o pasos a seguir para iniciarte en esta ciencia, ya que cualquiera puede hacerlo; sólo necesitas conocimiento y práctica:
- Conoce tu espacio de cultivo.
– Identifica la zona disponible para cultivar, ya sea en un jardín, un balcón, una terraza o incluso en interiores con macetas.
– Tal y como indican los expertos de Whole Green, las condiciones de luz, temperatura y humedad son aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de seleccionar las plantas adecuadas, así que recuérdalo antes de decidir qué planta vas a cultivar y dónde.
- Elige tus plantas.
– Comienza con plantas de fácil cultivo y adaptadas a tu zona climática.
– Considera tus preferencias y necesidades, ya sea hortalizas para consumo, plantas ornamentales o hierbas aromáticas.
- Prepara el suelo o el medio de cultivo.
– Acondiciona el suelo con materia orgánica como compost o abono para mejorar su estructura y nutrición.
– Si cultivas en macetas, elige un sustrato de calidad que proporcione un buen drenaje y retención de agua.
- Siembra o planta tus cultivos.
– Sigue las instrucciones de siembra en los paquetes de semillas o compra plantas jóvenes en un vivero.
– Siembra las semillas a la profundidad y distancia recomendadas, o trasplanta las plantas con cuidado.
- Proporciona el cuidado adecuado.
– Riega tus plantas regularmente, evitando el exceso o la escasez de agua.
– Fertiliza según las necesidades de tus cultivos, utilizando abonos orgánicos o fertilizantes equilibrados.
– Controla las plagas y enfermedades de manera preventiva, mediante la observación constante y la aplicación de medidas adecuadas.
- Realiza labores de mantenimiento.
– Elimina las malas hierbas para evitar la competencia por nutrientes y espacio.
– Realiza podas con frecuencia, para así conseguir un crecimiento saludable y controlar el tamaño de las plantas.
- Por último: observa y aprende.
– Dedica tiempo a observar el desarrollo de tus plantas y a detectar posibles problemas.
– Aprende de tus errores y experimenta con diferentes cultivos y técnicas de cultivo.
Recuerda que la paciencia y la dedicación son aspectos clave para obtener buenos resultados, así que, ¡disfruta del proceso!